sábado, 9 de febrero de 2013

Los que duermen, de Juan Gómez Bárcena


Un libro de los que tocan la fibra y perduran en la memoria. Impresionante.

Un buen libro es aquel que no decepciona e, incluso, persiste durante un tiempo mediante el boca a boca pese a la arrolladora presencia en el mar editorial de esos lentos buques reflotados una y otra vez por las grandes navieras. Uno se harta de autores que no ofrecen nada nuevo y a los que parece que el público y el marketing deben rendir pleitesía por sus galones, y no por sus últimos logros literarios (porque los galones no se ganan a menudo con heroicidades), y también se harta de spamers que buscan hacer el mayor ruido vendiendo humo en redes sociales, o remitiendo las notas de prensa más extraordinarias para captar la atención. Sin embargo, la esperanza se recupera cuando, en ocasiones, este proceloso mar nos hace llegar, sin estridencias, una joya que perdurará en el tiempo.
De esta esmeralda quisiera hablarles. Los que duermen, del joven autor Juan Gómez Bárcena, es una construcción aparentemente frágil. Ciento veinte páginas, lo que para algunos es un bostezo y para otros, pobres obtusos, una mala inversión si la cantidad de papel no sirve como arma contundente. Solo quienes se adentren en sus páginas descubrirán unos contrafuertes tan robustos, tan bien cincelados, que solo serán capaces de sobrecogerse.

Este es un libro extenso, tan extenso como la rueda del Tiempo, como la Historia escrita por el hombre y la que queda por escribir, como la Filosofía que impregna la naturaleza humana. El autor ha querido aunar estas grandes materias y jugar con ellas en los espacios pequeños, transmitiéndonos el horror de la incertidumbre en el pasado, presente y futuro.



Si queréis leer la reseña completa, pulsad aquí.

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