miércoles, 30 de diciembre de 2009

El buen amigo

Extracto del noveno relato del libro "Mentes perversas" publicado por Mira Editores:

"Al anochecer la ciudad se vuelve transparente. En cierto modo es como un río de aguas claras. Se puede ver el fondo.
Tal vez sea por eso por lo que tengo la sensación de que quienes transitamos a esas horas por las calles no tramamos nada bueno. La gente honrada permanece en sus hogares, terminando su cena en familia o durmiendo temprano, quizás viendo la televisión con cierta desidia. Pero yo no veo la televisión. Sólo lo hago durante las noches cálidas, cuando el calor y los remordimientos no me dejan dormir. En cambio hoy hace frío, es octubre y el cierzo ruge abofeteándolo a uno en la cara como un capataz.
He aparcado a las afueras del barrio Oliver, y desde allí vengo andando. Primero transito por Antonio Leyva y luego giro a la derecha para comenzar Miguel Artigas. A estas horas los yonquis son costumbre en este lugar. Me cruzo con uno que parece un espectro, y a buen seguro que reúne todos los boletos para morir esta misma semana de sobredosis. Paso frente a la esquina de Rafael Salillas. Allí hay una silla de madera y una puerta abierta a una parcela de paredes cochambrosas. Se tienen que estar forrando la Dolores y la Rocío, pienso, porque mientras camino observo a otros tres fantasmas raquíticos, emergiendo de la luz tenue del vestíbulo precedido por aquella silla.
La droga mata. La droga consume. Pero el dinero también mata, o por lo menos el carecer de él. En mi caso ambos elementos jugaron en mi contra.
Alcanzo la calle del Doctor Purjasol y allí encuentro la Tasca del Caballo. Yo prefiero apodarlo “el faro”. Una de sus ventanas asoma a una antigua acequia donde los toxicómanos se pinchan de madrugada. Más allá, hay un desnivel que alcanza los terrenos del antiguo cuartel de San Lamberto y se extiende hasta la carretera de Logroño. Ha sido un paraje inhóspito durante años, hasta que comenzaron a edificar recientemente. Por esto llamo a la tasca “el Faro”, porque la luz de una de sus ventanas puede verse desde algunos puntos recónditos de la extensión, deshabitada como un mar tranquilo desde que el cuartel fue abandonado."

jueves, 24 de diciembre de 2009

La maldición de Golightly

Extracto del séptimo relato del libro "Mentes perversas" publicado por Mira editores:


"A Felipe Casadiel le hundieron el chasis delantero del cráneo de un puñetazo, o cayó de cabeza en el suelo impoluto del hospital cuando lo alumbraron, o su hermana lo atropelló con la bicicleta cuando eran niños, pasándole la rueda por encima de la cara, o qué sé yo. El caso es que Felipe era un muchacho retraído y taciturno, muy vulnerable a toda la barahúnda de conjeturas que sus compañeros de clase ideaban para explicar su deformidad física. Tenía la cara achatada como la de un murciélago, las orejas de coliflor, como los boxeadores veteranos, y una mirada imberbe agrandada tras el reflejo de los gruesos cristales graduados. Pero lo peor de todo era que su hermana pequeña resultó ser una chica hermosa como pocas en el pueblo.
Violeta, que así se llamaba, era tan bonita como las flores que le dieron el nombre. En su familia quedaba claro quién había heredado las facciones de la abuela Clara, mujer con un claro estilo Holly Golightly, quien enamoró a varios de los jóvenes más apuestos del país antes de su fatal accidente de coche. Felipe, en cambio, resultaba la excepción en una familia bien parecida. No en vano, encima del punto de honor del escudo de armas de la villa, aparecía el rostro del abuelo Casadiel como ejemplo de gallardía.
De esta manera, el hermano mayor tenía que soportar a diario un sinfín de ofensas. Sus padres le dedicaban a la pequeña todo tipo de agasajos y atenciones, comprándole la ropa más delicada que encontraban en las tiendas, mientras que a Felipe siempre le vistieron con camisas y pantalones remendados. La pequeña Violeta tenía los ojos claros como dos aceitunas verdes, era delgada y su pelo rubio ensortijado le caía sobre los hombros como una mantilla de oro. Los vecinos paraban a su madre por la calle para decirle lo mucho que valoraban la belleza de su hija, subestimando siempre la presencia del hermano mayor. Incluso una vez, el Ayuntamiento promovió un calendario con fines benéficos y fue Violeta quien protagonizó la portada con un vestido azul. Felipe, por supuesto, no figuró ni tan siquiera con su nombre, no fuera a provocar que los vecinos rasgaran la página del mes donde apareciese. Hasta Gervasio, el gato atigrado de doña Concha, tía y vecina de la familia, mostraba un dispar comportamiento ante cada uno de los hermanos. Mientras con Violeta era cariñoso y maullaba inocentemente buscando el tacto de sus delicados tobillos, la sola presencia del hermano mayor le hacía arquear el lomo electrizado y enseñar las fauces. "

martes, 22 de diciembre de 2009

"Maus", de Art Spiegelman


No acostumbro a leer cómics, aunque fue mi pasión de niño y adolescente, pero de cuando en cuando uno se encuentra con joyas imposibles de soslayar (bueno, no, en realidad fue mi hermano, dibujante, quien me la recomendó). El caso es que el tema era sugerente, y que una novela gráfica (un cómic con mucha letra y muchas páginas, para que me entiendan) haya ganado el premio Pulitzer, en el año 1992, desde luego que atrae y mucho.

Maus es una historia dura, durísima, enmarcada en la época y el lugar que por degracia todos conocemos (en centroeuropa, durante el Holocausto). Concretamente, la historia del protagonista transcurrirá entre ciudades, ghettos y campos de concentración situados en el este alemán, Polonia y Hungría. Es una historia que detalla muy bien los sufrimientos de las familias judías y la sistemática barbarie nazi, y el ser una historia ilustrada ejemplifica mejor las situaciones. Hay que destacar la idea del autor, Art Spiegelman, de representar a cada ciudadano con un aspecto diferente según el país o raza de procedencia. Así, los alemanes son gatos y los judíos ratones, lo polacos son cerdos y los ingleses perros.
Pero lo que le dio el premio Pulitzer no es desde luego el tratar una vez más este tema ya manido, no, sino cómo lo trata. Si uno lee esta historia descubrirá la tristeza diluida en casi 300 páginas, la desesperación, el amor inquebrantable, percibirá cómo aquellos años nefastos han calado en la personalidad del anciano que narra su experiencia en Auschwitz. Descubrirá la difícil relación entre un padre y un hijo que desea saber más sobre el Holocausto, los malentendidos cotidianos, las rencillas no cicatrizadas, los reproches entre ambos. Sin duda, es una historia sobresaliente.


(esclavos trabajadores rusos, polacos y holandeses en el campo de concentración de Buchenwald. Tras un año su peso corporal descendió de 73 a 31 kilos de media)

sábado, 19 de diciembre de 2009

Óscar Bribián en Cadena Ser

En Megaupload están los dos archivos que corresponden al reportaje emitido en Cadena Ser Zaragoza (Radio Zaragoza). Ahí aparecen algunas de las declaraciones que hice ante la periodista escasos minutos antes de la presentación de "Mentes perversas":

Primera parte:
http://www.megaupload.com/?d=NG5H8Z0J
Segunda parte:
http://www.megaupload.com/?d=CW1I4X6G

(Descarga el archivo y luego ejecútalo, está en formato .mp3)

viernes, 18 de diciembre de 2009

Condenados

Extracto del sexto relato que compone el libro "Mentes perversas", publicado por Mira Editores:

"Tardamos dos días en encontrar el camino. Hasta entonces habíamos venido los dos solos, mi amigo Juan y yo, desorientados y sedientos, pero desde allí comenzamos a juntarnos con otros viajeros errantes que salían de todas partes y desembocaban como nosotros en aquella carretera ancha de tierra y polvo. No sabíamos qué hacíamos allí y nadie respondía a nuestras preguntas. Todos hablaban para sí mismos, pero ninguno quería comunicarse con los demás. Yo tenía un brazo roto que no me dolía, y Juan cojeaba de una pierna y mostraba toda la cara cortada como a machetazos, pero no sangraba. Todo era extraño.
Después de muchos días de caminar sin encontrar ni una sola sombra de árbol seco, ni una planta, ni una raíz o un brote de mala hierba, oímos el ladrar de los perros. Hasta entonces nos habíamos convencido de que aquel camino, que atravesaba un pedregoso desierto de llanuras rajadas de grietas y salpicadas por cerros pelados, verdaderamente no tenía fin y no albergaba población alguna. Pero sí la había. El ladrido de los canes se oía desde lo alto de una ladera que se elevaba a un lado del camino y, al escuchar a los perros entendimos que más allá, salvando la pendiente, encontraríamos quizás un pueblo. Así que los que éramos más jóvenes, desoyendo los consejos de los ancianos, comenzamos a ascender la loma alejándonos del camino, con la esperanza de encontrar hogareños amistosos que nos orientaran y ofrecieran un buen plato de comida. Ya soñábamos con las jarras de agua fresca y la espumosa cerveza cuando coronamos la cima y nos encontramos con dos únicos cobertizos semiabandonados, con la madera corroída y los portones cerrados, y más allá una cerca de espino y alambre donde vivían encerradas las jaurías que habíamos escuchado. Llamamos a la puerta de uno de los cobertizos, con la esperanza de encontrar algún habitante, el cuidador de los perros tal vez. Al instante nos atendió un hombrecillo, abriendo la puerta con un lento chirrido y mirándonos desde su altura con hosquedad. Era un individuo canijo y encorvado, con la piel tostada por el sol del desierto y el rostro cubierto de forúnculos ponzoñosos, verrugas y sangre seca. El hedor que desprendía provocaba vértigo a los sentidos. En cuanto traté de presentarme, el hombrecillo se giró sobre sí mismo y gritó algo en su lengua, una lengua pérfida y viperina, tránsito entre el ladrido de un perro y el siseo de una serpiente. Y de esta forma nos vimos perseguidos por un grupo de hombrecillos que salieron furiosos del cobertizo, armados con arcos y lanzas. Nos siguieron y huimos de vuelta hacia el camino. A Juan lo..."

jueves, 17 de diciembre de 2009

2 microrelatos en el blog de Antón Castro

Antón Castro ha tenido la amabilidad de situar en su blog 2 microrelatos de mi autoría, que pueden leerse en:

http://antoncastro.blogia.com/2009/121404-oscar-bribian-dos-cuentos.php

miércoles, 16 de diciembre de 2009

Nocte de Paz, antología de microrelatos

Ya puede descargarse gratuitamente la antología de microrelatos en formato PDF/FB2/EPUB "Nocte de Paz", en la cual he participado con dos microtextos: http://www.edicionesefimeras.com/noctedepaz.html

Dedicado a las fechas navideñas (con temática oscura y/o humorística), la antología está formada por textos de los siguientes autores:
Magnus Dagon, Sergio Mars, Juan de Dios Garduño, David Jasso, Rubén Serrano, J. E. Álamo, Nuria C. Botey, Juan Ángel Laguna Edroso, Pedro L. López, Roberto Malo, Fermín Moreno González, Pedro Escudero Zumel, Julián Sánchez, Santiago Eximeno, José María Tamparillas, Roque Pérez Prados, Óscar Bribián, Alberto García Teresa y Alfredo Álamo. La ilustración de cubierta la firma Petr Kratochvil.

José María Tamparillas y Santiago Eximeno han sido los coordinadores del proyecto, y el segundo ha sido también el maquetador y editor del volumen.

¡Que lo disfrutéis!

martes, 15 de diciembre de 2009

"Los ladrones de cuerpos", de Jack Finney


Jack Finney publicó en 1955 esta novela que ha inspirado películas y series de televisión. Una disimulada invasión extraterrestre tiene lugar en Santa Mira, un pequeño pueblo del norte de California. El doctor Miles Bennell recibe en su consulta a varios pacientes que aseguran que algunos de sus familiares han sido depuestos y sustituidos por seres exactamente iguales a ellos, con sus mismos rasgos físicos, manías y actitudes, e incluso conservando los mismos recuerdos; pero no son los verdaderos familiares, sino impostores.

Bajo esta premisa el escritor estadounidense plasma una originalísima e intrigante historia que a día de hoy se ha convertido en una novela de culto, un clásico de la literatura de terror y ciencia ficción.
La novela es bastante ágil, la prosa es correcta, los personajes bien definidos. Eso sí, algunos encontrarán cierta actitud "machista" en la voz del narrador, propia de la época, por otra parte (no me gusta comentar estas cosas, pero es que se nota bastante en varias expresiones).
Por otra parte, es una obra que ensalza el valor de la libertad y la individualidad en una sociedad moderna. Lo mejor, sin duda, es la premisa de la que parte, como he comentado antes. En su contexto temporal, fue una verdadera "revolución".

lunes, 14 de diciembre de 2009

Ya no nos quieren

Extracto del cuarto relato del libro "Mentes perversas" publicado por Mira editores recientemente:

"Cuando la señora Lozano le dijo a la policía que su hijo Carlitos era sonámbulo, los inspectores que llevaban el caso comprendieron mejor la desaparición del chico de seis años. No había huellas que delataran la intrusión de extraños en la casa, ni cerraduras forzadas o cristales rotos. Sencillamente, la puerta principal estaba abierta cuando Alberto, el padre, bajó al primer piso y sospechó que algo marchaba mal. Al principio pensó que alguien había entrado con hábil subterfugio en la casa. Muy decidido fue a la cocina para apropiarse de un cuchillo y el sólido martillo que descansaba en la caja de herramientas bajo la encimera. Alberto recorrió cada una de las habitaciones y pasillos de la casa, descalzo y en completo silencio, y sólo cuando comprobó que su hijo no dormía en su cama, comprendió que no habían sufrido ningún robo. Se trataba de algo más grave.
Pese a todo, los policías quisieron asegurarse de que no era un secuestro. En los primeros rastreos sólo se habían encontrado restos de tierra en el parqué, procedentes de las huellas que los perros dejaban en las alfombras al entrar desde el jardín, así como el rastro de las botas pequeñas que los dos hijos de los Lozano utilizaban para ir al colegio los días de lluvia.
Se trataba de una bonita casa de dos plantas con un jardín de sesenta metros cuadrados. En un extremo había un columpio junto a un gran limonero y, en el otro, una caseta de madera para dos perros. Las paredes exteriores del hogar de los Lozano eran blancas, aunque una antigua trastada de críos dejaba entrever una mancha de kétchup en forma de zeta borrada parcialmente tras mucho frotar. Todas las habitaciones tenían grandes ventanas con marcos grises, para que la luz matinal iluminara los amplios espacios. En el sótano había una bodega cubierta con listones de madera de nogal y un aparcamiento doble de garaje. Los policías murmuraban entre sí. Una casa preciosa, el sueño de cualquier familia modesta.
—No es la primera vez que ocurre, agente, ya se lo hemos dicho —insistió Claudia Lozano visiblemente alterada—. El caso es que nunca había salido más allá del jardín. Pero esta vez debió de saltar la valla y… oh, Dios, ¡pueden haberlo atropellado!"

sábado, 12 de diciembre de 2009

Reseña de Mentes perversas

En el portal Ociozero aparece la primera reseña del libro, realizada por Fernando Martínez:
http://www.ociozero.com/12012/mentes-perversas

Me quedo con sus conclusiones:
Lo mejor: Las buenas descripciones que a lo largo de los diferentes relatos vamos a poder leer.
Lo peor: La corta extensión de la recopilación. Te quedas con ganas de más.

viernes, 11 de diciembre de 2009

Presentación "Mentes perversas" en Zaragoza

(En la imagen, Joaquín Casanova, Óscar Bribián y David Jasso)
Ayer tuvo lugar la presentación de mi primer hijo literario, "Mentes perversas", en la sala cultural de la Librería Central, de la mano del editor Joaquín Casanova y el escritor David Jasso (presidente de Nocte). Uno teme encontrar muchas bajas en una presentación entre semana, porque a fin de cuentas sé que unos cuantos amigos no pudieron venir por motivos laborales (máxime si trabajan fuera de la ciudad), pero me alegró mucho ver tanta cara conocida entre el público. Haciendo cuentas creo que firmé cerca de 45-50 ejemplares (mi antebrazo da cuenta de ello, porque no quise ser parco en dedicatorias) y saludé a amigos, familiares, compañeros de fatigas literarias y laborales, y a algunos desconocidos que, espero, a partir de ahora no lo sean tanto. En definitiva, salí motivado y contento del acto. Estas cosas le dan a uno nuevos bríos. Agradezco enormemente desde aquí la presencia a todos los que asistieron, y especialmente a David Jasso, por su estupendo y trabajado análisis del libro.


miércoles, 9 de diciembre de 2009

Entrevista en Aragón Radio

Para quien desee oírlo y no esté limitado por las exigencias laborales, mañana sobre las 10:15 me entrevistarán en el programa "Cada día más" de Aragón Radio www.aragonradio.es precisamente por la reciente publicación de "Mentes perversas".

"El cónclave" en la revista Artifex 4-5

La revista Artifex ha salido con un pdf de nada menos que 410 páginas (número doble). Todo un récord, incluyendo algo más de una decena de títulos.
La revista puede descargarse en el siguiente enlace:
http://www.revistaartifex.com/artifex/Artifex_04_05.pdf

En ella, su coordinador, Juan Manuel Santiago, hace referencia a mi relato publicado allí (El cónclave) y a mi persona, lo cual le agradezco enormemente:


"A nadie se le oculta que el género que está tirando del carro del fantástico español en los últimos años es el terror. Basta con ver el listado de finalistas de la última edición de los premios Xatafi-Cyberdark para darse cuenta de ello: tres de los cuatro libros españoles, los tres relatos y una de las iniciativas editoriales están adscritas al género. Ante un panorama así, iniciativas como Nocte (la Asociación
Española de Escritores de Terror) se antojan más que necesarias. Óscar Bribián (Huesca, 1979) es miembro de la misma, y forma parte de la muy activa cantera de escritores de terror aragoneses. Si bien el máximo exponente de esta tendencia, David Jasso, ya ha publicado varios libros, el futuro inmediato del terror
aragonés pertenece a Óscar: ha publicado relatos, poemas y artículos en más de
una treintena de publicaciones impresas y electrónicas (Luces y Sombras, Nitecuento,
Revista Voces, Rampa, Tántalo, etc.), ha aparecido en varias antologías y ha recibido
premios como el Liter o el Villa de Iniesta. Dirigió la revista literaria Oxigen
durante cuatro años, y tiene dos libros pendientes de publicación: la recopilación
de relatos Mentes perversas (Mira Editores, noviembre de 2009) y la novela Raazbal
(Grupo AJEC, prevista para 2010). En «El cónclave», Óscar nos ofrece un notable
relato de terror cuyas raíces se hunden en el Aragón profundo, y construye una
versión local del american gothic realmente acertada."

¡Ya estáis tardando el descargaros el pdf!

martes, 8 de diciembre de 2009

Teseo y el minotauro

Extracto del segundo relato que compone el libro "Mentes perversas", de Mira editores, recientemente publicado:

"Estoy loco.
La mía es una locura abstracta, difícil de entender o diagnosticar. A ojos de los demás puedo parecer simplemente introvertido, pero cada cual entiende la locura a su manera.
Desde siempre he sido considerado un chico extraño. En todo instituto o escuela se encuentran clasificados el inteligente, el listillo, el tonto, el charlatán, el tímido, el guapo, el feo, el fuerte, el debilucho… y también hay un raro. Siempre hay un raro. Yo era uno de estos. Tal vez porque desde niño jugaba solo en los recreos, seleccionando minuciosamente arañas que, atrapadas y engañadas por mi superioridad jerárquica, depositaba a su suerte en tarros llenos de hormigas rojas, mientras mis compañeros jugaban inocentemente a policías y ladrones. Poco después, harto de presenciar horribles descuartizamientos entre insectos, cambié las arañas por los cómics de ciencia ficción. Éstos no eran guardados en tarros, sino en cajones cada vez más profusos en mi habitación, y fue mi madre la que decidió un día desmembrarlos todos, arrancando sus espinas dorsales cosidas con hilo blanco y deshojando uno a uno todos ellos como margaritas de pétalos en blanco y negro. Fue el castigo por mi nefasto expediente escolar.
No obstante, mis inquietudes hacia lo fantástico no cesaron y los cómics evolucionaron irremediablemente hacia una forma más densa: los libros. En este camino adquirí la capacidad sin igual de abstraerme del resto del mundo. Luego comencé a escribir historias en un desusado cuaderno de ejercicios y esto fundó mi condición de escritor. "

domingo, 6 de diciembre de 2009

"Mentes perversas" en youtube

Ya se puede ver el vídeo de la antología de relatos "Mentes perversas" en youtube:
http://www.youtube.com/watch?v=NFWJMBG5Bg0

sábado, 5 de diciembre de 2009

El cónclave

Extracto del segundo relato que compone el libro "Mentes perversas", de Mira editores, recientemente publicado:

"Se podía intuir a los gatos antes de verlos.
Sus escurridizas sombras iban y venían por las angostas callejuelas del pueblo, acechando como malhechores. Parecían fantasmas embutidos en cuerpos diminutos. Cada vez que alguien se daba la vuelta, tenía a uno de ellos tras de sí. Después se oían sus maullidos, largas súplicas de animales hambrientos.
Pero los gatos comían diariamente. Por supuesto que comían. Prueba de ello era la descontrolada natalidad y el progresivo crecimiento de estos felinos en la región.
La mayoría de las personas que se veían en el pueblo eran turistas. Cada fin de semana, especialmente durante el verano, las casas rurales del lugar eran ocupadas por familias y grupos de amigos con ganas de desconectar de la rutina diaria de las ciudades.
David Espinosa, su mujer y sus dos hijos, eran un claro ejemplo del turismo que alimentaba los exiguos ingresos del pueblo. La pequeña localidad se llamaba Murillo de Huerta, aunque tenía más bien poco que ver con la agricultura. Lo especialmente abrupto y rocoso del terreno donde se asentaba, en la falda sur de las estribaciones pirenaicas, hacía prácticamente imposible el desarrollo de un amplio campo de cultivo. En cambio, sí podían descubrirse pequeñas parcelas con hileras de hortalizas en la parte trasera de algunas viviendas.
—Mira, papá, ¡tomates! —El pequeño Manuel, de nueve años, tiró de la manga del abrigo de su padre para llamar su atención.
—Eso parece, sí —respondió David, sin apenas desviar la vista del suelo empedrado.
Estaba algo cansado de la insistencia de su hijo cada vez que veía un huertecillo.
Habían salido de pesca, tras el desayuno. Susana se había quedado con la pequeña descansando tras la excursión del día anterior. Raquel tenía medio año y el frío de la mañana podía serle perjudicial. Claro que David sabía que aquello no era más que una excusa. Susana nunca había llegado a simpatizar con la afición de su marido. En cierto sentido, la presencia de Manuel, quien tampoco se mostraba muy ilusionado con una caña de pescar en la mano, le venía bien a David. Aunque la pesca requiere quietud y perseverancia, no le gustaba sentirse solo en la montaña.
Subieron por las callejuelas flanqueadas por viviendas ruinosas. En algún rincón se levantaba una casa rural totalmente remodelada. Casa Leandro, casa Leal, casa Martínez. Las letras destacaban en la superficie de los azulejos situados sobre las puertas principales. Pero eran excepciones en un pueblo semiabandonado, anclado en el tiempo como un cadáver que ya nunca volverá a caminar.
Sólo había un pastor en Murillo y contaba con medio centenar de ovejas. Lo habían visto partir con el rebaño a primera hora de la mañana, al alba. El resto de oficios se habían extinguido con el paso del tiempo. Ni siquiera la vieja tienda de recuerdos de la anciana Pilar abría sus puertas, y en su polvoriento escaparate aún podían verse las últimas tallas de gatos en madera y alabastro que no se habían vendido.
Pero David Espinosa no deseaba adquirir ningún gato, ya estuviera vivo o cincelado en piedra. No le gustaban. Cada vez que pasaba junto a alguno de aquellos animales sentía que lo miraban con recelo. En especial los que merodeaban en aquel pueblo. Los había negros, pardos, blancos y atigrados. Todos callejeros. Vivían de lo que sisaban a los turistas. Se colaban en las casas trepando por las paredes verticales hasta alcanzar las ventanas. El resto era tarea fácil. Sigilosamente entraban en las cocinas o en los fogones para hurtar un pedazo de carne o una ristra de salchichas.
—Cierre bien las ventanas de la casa cuando vaya a preparar algo de carne para cocinar —le había recomendado la dueña de la casa, la señora Pomar, al matrimonio recién llegado, antes de entregarles las llaves y regresar a una localidad vecina—. Y es también recomendable que lo hagan durante las noches, haga frío o calor.
A David le había parecido exagerada la medida. ¿Cuántos gatos podía haber en el pueblo, al fin y al cabo? ¿Tan acostumbrados estaban a entrar en las casas que era necesario cerrar cualquier posible entrada? Se lamentó de la indolencia de los ancianos, lo que sin duda había fomentado este mal hábito. Un par de perdigonazos habrían resuelto el problema a las primeras de cambio, pensó.
Antes de salir del pueblo se cruzaron con un viejo vestido de negro, el cual permanecía sentado en una banqueta y con la espalda recostada en la pared de su casa. El hombre no hacía nada aparentemente, salvo aguardar quizás la llegada del mediodía. Miró al niño y al padre con antipatía, sin mostrar el más leve saludo. Mientras el pequeño Manuel saltaba y brincaba alegremente bordeando el lado opuesto de la calle, contando uno tras otro los adoquines en línea recta, David tuvo tiempo de descubrir dos filetes de carne tendidos en el suelo, bajo la banqueta, a los pies del anciano. Varias moscas se habían posado en la carne con el firme propósito de corromperla. Pero no les dio tiempo. Dos zarpazos las ahuyentaron, y el resuelto gato negro, ahora bajo los pies del octogenario, asió con sus fauces la comida para desaparecer por un callejón tan rápidamente como había llegado."

jueves, 3 de diciembre de 2009

"La marea del despertar", de Roberto Malo



Como suele ser habitual, no me extenderé en la reseña de este original libro. El protagonista, Jesús, un músico que toca jazz, descubre que, cuando sueña, lleva consigo al mundo onírico la ropa o los objetos con los que se había acostado. Con esta premisa se abren multitud de posibilidades que el autor desarrolla espléndidamente con un tono de humor muy refrescante. Jesús viajará al mundo de los sueños con diversos objetos para atestiguar su descubrimiento. Cabalgará una y otra vez entre la realidad y la fantasía, con descripciones detalladas pero hilarantes, aunque algún suceso accidental complicará las cosas y Jesús luchará por solucionarlas, teniendo que recurrir a su novia y amigos en algún momento.
Narrado en primera persona, con un estilo conciso y acertado, es una novela atrevida y original que exige al lector empatizar tanto con el protagonista como con la inverosimilitud de los sueños. Los lectores más racionales quizá se vean abrumados por la incoherencia de algunas situaciones, pero es que los sueños son así, y Roberto plasma esta idea de forma notable. Quien abra su mente al precipitado mundo de la irrealidad, se divertirá sin duda. El único "pero", bajo mi punto de vista, es que el desenlace desmerece con el resto de la novela, creo que se diluye y el autor debería haber ideado un final más acorde con la extravagancia de la obra.
Por cierto, la novela es breve en su extensión, y ya se sabe: lo bueno, si breve…

miércoles, 2 de diciembre de 2009

Luci

Extracto del primer relato de mi libro "Mentes perversas":

"El grito rasgó la pintura de las paredes como un inesperado terremoto.
La comadrona se negaba a acercar sus manos a la oscura cabeza del engendro que brotaba estridente del útero de mi mujer. El médico llegó después, alertado por las enfermeras. No podía explicarse cómo el parto se había adelantado tanto, pero la realidad era incuestionable, y terrorífica. Nadie quiso acercarse a recoger al bebé. Por suerte yo estaba allí y ayudé a salir a aquella especie de lagarto escamado, rojo como un atardecer. Retiré la oscura placenta y ofrecí nuestro retoño a mi mujer. Ambos nos mostrábamos encantados, pero el personal del hospital no compartía en absoluto nuestra felicidad.

Luci fue un regalo del infierno. Habíamos rezado mucho a nuestro Dios para que nos ofreciese un descendiente digno de nuestras creencias esotéricas. Incluso llegamos a sacrificar tres cabras la semana anterior al alumbramiento. Cuando lo veíamos en la urna, nervioso tras la sesión fotográfica con que los periodistas lo obsequiaban cada amanecer, nos sentíamos los padres más felices del mundo. Hubo un médico que incluso nos ofreció acabar con la vida del niño si estábamos de acuerdo. ¡Qué disparate! Existen tantas parejas con bebés clónicos, niños pánfilos que solo saben jugar al fútbol y entretenerse con videojuegos durante sus primeros años. Criaturas bellas e inocentes como los querubines de las iglesias. Nosotros, en cambio, éramos afortunados. Nuestro hijo era único. Y mientras su madre soportaba los afilados colmillos en sus pezones, ambos veíamos crecer sus alas día tras día, al principio no más grandes que la palma de mi mano, membranosas como las de un murciélago gigante."