Algo voy a decir al respecto (sin extenderme mucho) de este personaje televisivo y el ambiente que le rodea. Quien me conoce ya sabe lo que opino de todo el mundo de la farándula y la telebasura. El carácter de este país se mide según los programas que aparecen en televisión y, viendo que los analfabetos y las malas personas tienen el éxito asegurado en el mundo televisivo, engrosando de forma muy abultada sus cuentas bancarias, creo en definitiva que España tiene lo que se merece.
Lo que me parece increíble es recordar cuando los periodistas se ensañaban con las míticas series de dibujos animados de mi infancia, como "Los caballeros del Zodíaco", invitando a gurús con bigote y camisa de flores, y a psicólogos oportunistas,
para decir que incitaban a los niños a la violencia. ¡Qué país! Siempre que veo la televisión (afortunadamente por pocos minutos) recuerdo el libro de Valle Inclán, en su genial tratamiento sobre el esperpento. ¿Qué obra compondría el escritor si levantase la cabeza para descubrir la sociedad actual?
Qué lástima. La televisión se ha convertido en una suerte de ruleta de la fortuna donde proliferan los oportunistas, los casposos, los zamarrones y el hediondo olor a estulticia. Pocos periodistas de verdad se encuentran ahora frente a las cámaras. Los licenciados suelen estar en el paro, o con suerte tras los equipos de grabación, ante los ordenadores o abanicando a las grandes divas televisivas, las reinonas y los papanatas de turno. Y uno solo de esos iconos del gran mundo de la hipocresía podría mantener con su salario a tantos titulados universitarios...
Y si el mundo rosa copa el 60% de la programación, junto a programas que merecen un capítulo aparte, como Gran Hermano (perdónalos, Orwell), no se queda atrás tampoco el fútbol, el bromuro de los hombres que desean alcanzar la plenitud mental (lo que sucede es que confunden plenitud con planicie). A mí me gusta el fútbol, pero no acepto que aplaste vilmente al resto de los deportes, y eso de soportar durante horas cómo un grupo de personas debaten con incongruencias y socarronerías los eventos futbolísticos del momento, que si tal jugador tiene un grano en el culo o tal otro se dio una ducha de apenas un minuto en el vestuario; lo siento, pero no puedo tampoco con eso.
Lo dicho, Fútbol y Prensa Rosa, la combinación perfecta para anestesiar a las ovejas obreras. Y o te dejas llevar, o eres un bicho muy raro, casi en extinción.
dale caña oscar.
ResponderEliminarno has visto lo que tengo yo escritobajo la foto perfil de facebokk.
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