

Lo cierto es que Lafcadio realizó una buena recopilación y reescritura de leyendas surgidas de la imaginería japonesa, eso no lo voy a negar, y algunas de las historias que trata en el presente libro que comento tienen su interés (especialmente, en mi opinión, el melancólico relato Jyu-roku-zakura). Sin embargo, en su conjunto me parece un libro tedioso, con historias arcaicas que, antes no dejan de ser curiosas, están faltas de ritmo (al fin y al cabo no son relatos como tales, sino una recopilación de leyendas o cuentos japoneses tradicionales, aunque muchos de ellos con clara influencia china). El libro, como anécdota, se publicó en 1904, poco antes del fallecimiento del autor.
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