“Finis Mundi” es el libro con el que la prolífica Laura Gallego se dio a conocer en el panorama literario nacional, ganando el premio Barco de Vapor en 1998. Sus novelas, dirigidas a un público juvenil, llevan cautivando a sus lectores durante una década. De Finis Mundi tengo que decir que me ha entretenido, es una novela que conjuga investigación y aventuras en la Europa del año 997 y sucesivos. Una especie de “El nombre de la rosa” para jóvenes. Una obra de lectura ágil, con personajes con los que no es difícil que los jóvenes se sientan identificados: Michel, un monje de 15 años que descubre un aterrador mensaje en las revelaciones de un ermitaño acerca del fin del mundo; Lucía, una joven gallega que quiere ser juglaresa contradiciendo el machismo de la época, y Mattius, un honesto juglar itinerante acompañado por su enorme perro Sirius. Estos son los principales protagonistas de una aventura de buenos y malos que sabe entretener y enseña levemente la forma de vida de pueblos y ciudades de la época. Probablemente fuera un premio muy merecido.
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