No, el diccionario no ha muerto, ni el lenguaje, o al menos no de momento.
Me refiero a que la semana pasada terminé de leer el Diccionario General de la Lengua Española de Edebé. Casi diariamente he dedicado un breve tiempo a leer y subrayar sus más de 70.000 acepciones en unas 30.000 entradas. No es el de la RAE ni el María Moliner, pero es un libro medianamente completo con sus 1500 páginas.
Ha sido una labor pesada que se ha alargado durante algunos meses, pero por fin he terminado el libro. He aprendido algunas palabras, y lo más importante, he reforzado muchas que tenía relegadas a un segundo plano en su utilización y sus posibilidades. Siempre es bueno ampliar el espectro de vocabulario (aunque en literatura no debamos ser muy alambicados con eso o los lectores nos odiarán por ello). Bueno, ya está hecho. Algún día me decidiré a darle un rápido repaso, releyendo únicamente los términos más complicados.
Qué quehaceres más raros tiene alguna gente...
Una buena manera de ampliar el vocabulario... Un saludo!
ResponderEliminarbuena, sí, aunque tediosa. Ahora no me atrevería a hacer lo mismo con el de la RAE o el María Moliner :-)
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